viernes, 14 de noviembre de 2014

Milagro en el Quirofano

| 2 Comentarios
   Un Gran Testimonio de Vida

ESTABA EN EL QUIRÓFANO del hospital, toda preparada para la extirpación de un tumor maligno en la mama izquierda. El cirujano llego tarde. Mientras tanto, allí estaba yo, acostada y esperando; contemplando el tragaluz que había en el techo.

<<Señor>>,dije, <<si se va producir alguna curación, tu vas a tener que hacerla en todo caso. El médico que está previsto que realice esta operación no te conoce ni conoce tu poder sanador. ni conoce tu poder sanador. Si quisieras curarme ahora mismo, ¡seria una forma maravillosa de que ese cirujano viera que hay un Medico mayor que él!>>

Sentí una perfecta paz descender sobre mi e inmediatamente supe que estaba sanada.

Unos minutos después entró el medico.
-¿Quiere usted cloroformo o éter?
-Ninguno de los dos - contesté.
-Bueno. no puedo realizar esta operación sin anestesia dijo él.
-La operación no es necesaria - le dije. -En su ausencia, entro otro medico y realizo en su lugar.
-¿Que médico?
-Bueno, ¡Creo que usted no lo conoce! - Contesté- El Gran Médico.

No dije más, por que quería provocar su curiosidad. Cuando vio que estaba convencida de que estaba curada, llamó a varios médicos, uno de los cuales era cristiano, para que pasaran y pudiera explicarles la situación.

-Bueno, echemos un vistazo nuevamente a sus radiografías - dijo uno.
-No hace falta que miren ustedes esas imágenes- dije con un tono mas elevado-. Ya no sirven.

Supongo que para seguirme la corriente, me bajaron para hacerme mas radiografías. ¡Jamas olvidare la expresión de los rostros de aquellos médicos cuando vieron los resultados!

El medico cristiano dijo:
-¡Tiene razón! ¡El tumor ha desaparecido!

Los otros médicos parecían un tanto incómodos, pero me dieron de alta y me mandaron a casa.

La búsqueda 

Aquella noche sonó mi teléfono. Era el cirujano.
-¿Le importaría que fuera a su casa y hablara con usted?
-Me encantaría que viniera- contesté.
-¿Puedes acompañarme mi esposa?
-Desde luego.

Mientras aguardaba su visita su visita, me senté a leer la Biblia y escribí una lista de versículos de las Escrituras que quería que el medico consultara y leyera. Cuando él y su esposa llegaron, fui directo al grado.

-Quiero oír lo que le ocurrió a usted- Dijo
-¿De verdad quiere saber por que la operación no fue necesaria?
-Si, eso es lo que de verdad quiero saber.
-Usted tardo en llegar- dije-. Y mientras estaba allí acostada, mirando el tragaluz del quirofano, oré y pedí que el señor me curara. Dios contesto esa oración.
-¿Entro algún pastor para imponerle las manos?
-No. Se trato se trato únicamente de una oración. Fue solamente una oración que podía ser contestada, y lo fue.

El 
medico me miro con asombro.
-¿No teme usted que haya una recaída?- pregunto
-No, señor, se ha acabado- contesté-. Hay muchos médicos que no se dan cuenta de que Jesús tuvo un ministerio de sanidad, igual que uno de enseñanza y de predicación, y creo que hoy él tiene el poder de sanar exactamente igual que en aquellos días. 

Luego Hable a ese 
medico y a su esposa de como el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados, resucitó de la tumba y vive hoy.

-Ustedes tienen la evidencia de que vive hoy - dije - en lo que ha hecho por mi.

Varias semanas después, ese 
cirujano volvió a llamarme. Dijo:

-He leído todos los versículos de la biblia que me dio, y me gustaría que usted preparara otra lista con otros versículos sobre como ser salvo.
-Lo haré con mucho gusto- conteste -. Tendré la lista preparada cuando usted venga.

Cuando vino a visitarme la segunda vez, le di la lista y le dije:
- El primer versículo de esta lista es: <<Cree en el Señor Jesucristo y seras salvo>>. Si usted y su esposa creen en Jesús, serán salvos. Serán cristianos.

-Bueno, desde luego consultaremos esos versículos y lo pensaremos seriamente - dije él -. Ya sacamos mucho provecho de esa primera lista que preparó y le agradecemos que se tome esta molestia.
-No es molestia alguna - le asegure-. Dígame. ¿Asiste ustedes a alguna iglesia?
-No.
-Me gustaría que espesaran a asistir- le sugerí-, porque es preciso que ustedes sean cristianos y aprendan mas de la palabra de Dios. La vida de cada persona a la que opera esta en sus manos. Como Cristiano, usted se daría cuenta de su dependencia de Dios y buscaría su dirección antes de cada operación.
-Bueno, lo pensaremos - contesto él -. Quizá empezaremos a asistir.

Después de que se fueron, oré para que el señor los dirigiera a una buena iglesia cristiana cercana a su casa que predicara la Biblia.

La cosecha del Milagro

     Varias semanas mas tarde, la esposa del cirujano me llamo.
-Hemos decidido aceptar a cristo como nuestro salvador -dijo-. Ahora creemos muchas cosas que no creíamos antes y queremos hacer la voluntad de Dios. También vamos a empezar a asistir a la iglesia.
     Después de que Dios hiciera el milagro por mi, este cirujano lo vio obrar en la vida de otros pacientes en respuesta a sus oraciones. Estos acontecimientos contribuyeron a converserlo. y desde que este cirujano se hizo cristiano ha orado por todos los pacientes que ha operado.


    Igual que Jesús dio vista a un ciego para que las obras de Dios pudieran manifestarse en él, me sanó a mi. Y eso ocurrió hace muchos años. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8).



Muriel larson

Testimonios así muestran cuan grande es nuestro creador... 


 "Deja que tu fe sea mas grande que tu miedo" 



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2 comentarios:

  1. una manera de saber quien es el medico de medicos.. gran historia

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  2. Que Nuestro Dios te de sabiduria y que te aco


    mpania en Lo que hagas

    ResponderEliminar

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